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Los préstamos con garantía ponen en riesgo el activo dado en prenda en caso de que el pago no se realice
El autoempleo, también llamado empleo autónomo o no asalariado, es una modalidad de trabajo que ha ganando popularidad de la mano de la tendencia del emprendimiento. En España se tiende a denominar “autónomo” a quienes se desempeñan de forma independiente y devengan ingresos no salariales. En este sentido, los autónomos van desde un médico practicante que ofrece consultas privadas hasta empresarios exitosos.
Uno de los mayores retos de los autónomos es el de sacar adelante su proyecto laboral independiente y para lograrlo muchos recurren a un préstamo personal para echar mano del capital necesario que les permita darle un impulso a sus iniciativas.
Los autónomos en España han venido ganando terreno dentro del mercado laboral y algunas estadísticas sugieren que los mismos componen alrededor de 17% de la fuerza de trabajo del país.
Adicionalmente, un informe reciente del Banco de España, que estudia la evolución de los no asalariados dentro del país, develó que la nación se ubica muy cerca de la media de la eurozona en términos de su porcentaje de autónomos.
Por otro lado, si bien muchos autónomos manifiestan migrar a esta modalidad de trabajo por necesidad más que por vocación, las estadísticas del banco indican que los ingresos de los hogares cuya cabeza es un no asalariado son casi 2.8 veces superiores en comparación con aquellos que dependen de ingresos salariales.
Esta brecha económica tiende a ser el factor de mayor peso al momento de tomar la decisión de migrar de una relación laboral independiente y es por ello que muchos recurren incluso a un préstamo personal con el fin de disponer del capital necesario para lograr esta transición.
Considerando el amplio rango de actividades que pueden desempeñarse como autónomo, un préstamo personal puede ser usado para múltiples fines dependiendo del ramo seleccionado. Estos son algunos escenarios hipotéticos de cómo un préstamo personal podría ser usado para financiar los inicios de una actividad autónoma:
Si bien estas son solo algunas posibilidades, existen un sin número de usos que pueden darse a un préstamo personal, con el fin de financiar la transición a un empleo autónomo. La recomendación antes de solicitar uno es que definas bien en qué ocuparás el dinero, para que no se desvíen los recursos en cosas no planificadas.
En primera instancia, pedir un préstamo personal para independizarse puede sonar un tanto arriesgado por la incertidumbre asociada al éxito o la viabilidad de la actividad económica que se decida desempeñar.
En este sentido, es importante seleccionar el préstamo personal más conveniente y flexible y para ello puedes evaluar algunas de las siguientes características antes de asumir un compromiso financiero de esta índole:
El mejor préstamo personal para un autónomo es uno con plazos de pago flexibles, preferiblemente mayores a 12 meses, que le den el tiempo suficiente para estabilizar sus ingresos y generar el flujo de caja necesario para que el trabajo autónomo sea auto-sostenible.
Cuidado con las comisiones y gastos extra. La tasa de interés es el factor de mayor peso en el costo de un préstamo personal pero es importante también leer la letra pequeña ya que estos gastos adicionales pueden ser bastante elevados en algunos casos.
Los préstamos con garantía ponen en riesgo el activo dado en prenda en caso de que el pago no se realice. Una préstamo personal sin garantía tiende a ser una opción menos riesgosa, aunque más costosa y difícil de encontrar.
Si vives en Lleida algunas opciones tradicionales incluyen los préstamos personales de Santander, Bankia, La Caixa e ING. Por otro lado, también existen opciones online como Twinero, Savso y Solcredito.
¿Has considerado convertirte en autónomo? Coméntanos qué te ha parecido este post y cuéntanos tu experiencia rumbo a la independencia.
